Las sales, un buen aliado para hacer jabón
Sin ánimo de profundizar mucho en este tema vamos a hablar de las principales sales y de su efecto sobre el jabón.
Para entender como funciona en la masa de un jabón debemos de saber primero que la pasta de jabón es un coloide o sea, una emulsión con un comportamiento particular. La emulsión del jabón es más estable a mayor temperatura pero depende también de la concentración de sales que contenga. Si le agregamos un poco de una sal la emulsión, se vuelve más clara, menos espesa, pero si el nivel de sales es mayor, se desestabiliza y descompone en dos fases: acuosa y grasa. Si agregamos sales desde la fase inicial, difícilmente alcanzaremos una emulsión estable.
Definición de sales
Entendemos por sales los compuestos iónicos que forman cristales generalmente solubles en agua, pero vamos a hablar fundamentalmente de los carbonatos sódico y potásico y del cloruro sódico o sal común. Un poco menos de los silicatos. En realidad, una sal es el producto de mezclar un ácido con una base consiguiendo un resultado neutro o una base débil. Todos los jabones son sales.
Utilización de los carbonatos en los jabones
Los carbonatos son capaces de saponificar los ácidos grasos libres. Así si tenemos ácido esteárico y lo mezclamos con una solución de carbonato sódico obtenemos estearato sódico, una sal que no es más que jabón. Sin embargo, los carbonatos no tienen la capacidad de saponificar una grasa ya que esta está esterificada como triglicérido. Para ello se caustifica el carbonato con cal viva. Es la forma en que se hacía antiguamente con las cenizas.
Además los carbonatos tienen la cualidad de volver más fluida la masa del jabón cuando se trabaja en caliente o se hace un refundido. Como decía antes, si excede cierto nivel, la emulsión se descompone. Como efecto sobre el producto, los jabones que contienen carbonato son más duros y secan antes. A partir de cierta cantidad de carbonato, el jabón adquiere cierta textura plástica y translucidez. Ablanda el agua, haciéndolos más espumosos y también tiene un efecto más desengrasante que puede resultar un poco más agresivo a la piel.
La sal de mesa en los jabones
En la wiki dice que “Una solución salina de un ácido fuerte con una base fuerte resulta altamente ionizada” y el cloruro sódico es ese caso. La sal de mesa o sal común tiene los mismos efectos que los mencionados para los carbonatos para la elaboración de la masa del jabón pero con un efecto más exagerado, por lo que la cantidad a utilizar debe de ser muy inferior. Al contrario que con los carbonatos, la sal reduce el factor espumante de los jabones.
Hay que tener en cuenta que un jabón con exceso de sales tiende a ser eflorescente, o sea que le salen los cristales de sal a la superficie, y potencia la cualidad higroscópica del jabón, o sea que atrae a la humedad del ambiente mojándose su superficie.
La cualidad de producir la separación entre fases es la que permite que un jabón se pueda cortar. Tengamos en cuenta que la concentración salina de la lejía es muy alta por las bases cáusticas y que esto hace que se pueda cortar (separar). Además se debe de tener en cuenta que el agua del grifo puede portar sales (magnesio y calcio) lo cual aumenta la salinidad y posibilidad de separación. En caso de que un jabón se corte, se puede remediar añadiendo agua destilada para disminuir la salinidad.
Silicatos y elementos de carga
Para concluir diré que los silicatos se usan conjuntamente con los carbonatos e incluso con la sal común como elementos de carga. Es decir, añadiéndolos al jabón hacen que éste retenga mayor cantidad de agua, creando estructuras que dan la solidez que de otra manera no tendría y proporcionando más peso y volumen al producto. No obstante, estos jabones no suelen reunir las características cosméticas que yo valoro.