Foro de mendrulandia

Saludos:

Soy nuevo en esto de los jabones pero llevo mucho tiempo trabajando con aceites de oliva de calidad BIO.
En la producción de un buen aceite de oliva virgen extra de prensa en frío, el factor diferenciador es que se prensa, en aceites buenos a menos de 30 grados y en aceites excelentes a menos de 25ºC para evitar la volatilización de ciertos componentes que son los que le dan sus propiedades.
¿se puede hacer jabón a esta temperatura?
Si pretendo ahcer un jabón en caliente y para proteger mi aceite premium, añadirlo en el sobreengrasado a unos 20-25 grados... ¿se habrá solidificado de tal modo que sea imposible integrarlo?

Porque si no es posible y al final sometemos a un aceite de prensado en frío a temperaturas por encima de 35 y no digo ya si lo saponificamos en caliente a 80º , o poniéndolo al sol para hacer oleatos...perdemos todas las propiedades pues lo que va a quedar sin volatilizar ( y por tanto en nuestro jabón) no es muy diferente de un aceite de oliva común, ni siquiera virgen. Y estaremos de algún modo cargándonos un gran aceite y, por qué no, tirando el dinero.

Esto podría ser aplicable a la mayoría de aceites de prensado enfrío.

¿Qué opináis?

Si tienes un aceite al que le atribuyes tales propiedades quizás te convenga más aprovecharlo a modo de crema. El oleato no hace falta que lo hagas al sol.

Gracias, Pinkunicorn, pero es que al ver tantos jaboneros que dicen , es mas presumen de que usan aceites de prensados en frío, pensé que quizá había alguna variante del proceso que pudiera respetar los volátiles (menos de 27 o o 30 º a lo sumo, y ahí ya perdemos). Mas que nada porque además son caros como para andar templandolos.
No sé, será que tengo tanto cariño al buen aceite que pienso en alguien calentándolo y brrrrrrrr.... me dan escalofríos, pero vamos que hay quien hasta los mete en la freidora.... ¡hay gente pa tó!

un saludo

Qué interesante lo que cuentas JorgeR. Bueno saberlo.

Creo haber leído algún hilo en el foro que hablaba de estos temas, pero no recuerdo título...

Sobre si se puede hace jabón a menos de 25º... en verano difícil pero no se, habría que ir comprobando la temperatura en los distintos pasos del proceso. Quizás, pensando en un Castilla proceso en frío, en el que el agua de la lejía se pusiera congelada, y no se añadiera a los aceites hasta que estuviera bien fría, y éstos también... y no se abrigara, dejándolo secar a una temperatura ambiente fría... igual...

También me pregunto si esos volátiles son sólo sensibles a temperatura o también se verán afectados por el ph...

El jabón artesanal casero se ha hecho tradicionalmente en caliente con grasas de desecho y aceites reciclados, sobre todo para lavar ropa y fregar suelos y cacharros. En estos la materia prima es barata y la sosa abundante para que no queden grasas libres y sean más limpiadores.

Si queremos hacer un jabón cosmético, corporal o facial, que cuide nuestra piel, vamos a utilizar aceites limpios y finos, incluso aceites esenciales que son mucho más caros y delicados que cualquier aceite de 1ª presión. A estos aceites finos y esenciales los vamos a someter a dos drásticas acciones conjuntas: mezclarlos con una base fuerte que los transformará en otra cosa (jabón), y a una temperatura que probablemente perjudique sus cualidades. Se puede evitar el ataque de la sosa si se hace una base en caliente o en refundido, con grasas baratas como sebo vacuno o mantecas de cerdo y palma (la industria utiliza estas de forma habitual), incorporando los aceites delicados cuando la sosa está totalmente neutralizada, pero es inevitable que la masa tenga una cierta temperatura para que sean integrados en ella. Incluso en los procesos semiindustriales mediante extrusoras se calientan los gránulos de jabón para agregar los aditivos o aceites finos.

Para minimizar estos efectos indeseados en nuestra elaboración de jabón artesanal en frío, es por lo que se recomienda añadir en la traza los aceites especiales o más delicados, así como los esenciales y otros componentes que se pueden degradar por el efecto de la sosa, la alcalinidad y la temperatura, como colorantes, miel, propoleo, activos cosméticos, etc.