Datos enviados! Me pilló una mudanza por medio que se juntó con mi despiste propio para rematar la odisea de este intercambio, accidentado desde el principio: se me estropeó el oleato, así que decidí prescindir de él, pero los caquis estaban taaaaaan maduros que en la gelificación se quemó el azúcar y aquello parecía carboncillo en lugar de jabón

(acabó en la basura, claro); rebajé el zumo y lo hice todo bien en frío, y parecía que el jabón salía bien, pero tuve problemas con el corte y sólo se salvaron 81 pastillas... hasta que apareció la madre de todas las cenizas, rebelde y persistente como ninguna, que volvía a salir una y otra vez

.
Por fin gané la batalla, pero entre lo raspado y el curado, las pastillitas habían menguado tanto que ninguna llegaba a 20 gramos

. Tocaba refundir, y volverla a fastidiar, porque no me supe manejar con tanta masa para refundir de una sola vez, así que convertí unas cajitas de cerillas en moldecitos y me puse a refundir de 2 en 2 y de 4 en 4, añadiendo cada vez el peso que les faltaba (menos mal que guardé todos los trocitos y lascas de los cortes fallidos).
Y ya por fin empaquetados los jaboncitos (en papel de seda, para que no se vea a la primera lo feísimos que han salido) resulta que había olvidado enviar los datos!

Pa' matarme!
Lo siento mucho por las compañeras mexicanas, menudo chasco hacer los jaboncitos y encontrarse con esos impedimentos. Ánimo.
Ah, y por supuesto suscribo lo ya dicho: jabones para uzumita!!