Lo he hecho siguiendo la guía del blog de Célimène, que ya conocéis.El primer paso es el jabón, pues bien, he hecho un jabón 100% manteca de karité, pero con sosa de más, para que estuviese bien bien saponificado, y luego un "rélargage", es decir, meterlo en agua salada: como el jabón no es soluble en agua salada, precipita, y la glicerina, el exceso de sosa y todo lo demás queda flotando en el agua. Lo filtré con un paño de muselina, lo aclaré con agua clara y lo puse aparte
Ahora viene el éster. Hice un éster de karité y glicerina, poniéndolo todo en un cazo a fuego súper bajito, junto con una solución de ácido cítrico, que hace de catalizador, y dale que te pego removiendo de vez en cuando aprox. una hora y media; luego al frigo para que solidifique, tiramos el agua, y se queda con la misma textura que el éster que hice con alcohol, pero os pongo la foto por si no lo habéis visto: es como una gelatina blanca translúcida.
Siguiendo los consejos de Célimène, los puse a los dos juntos, el éster y el jabón, a fundir y mezclarse en la cazuela a fuego muy lento
y luego a secar y solidificar en un papel de horno
que ahora mismo está metido en el horno a fuego bajo para que pierda más agua, ya que el clima aquí es más húmedo.
Y ya lo tenéis. En cuanto lo pruebe, os comento qué tal ha ido.
se me separa, jo 
