A ver si soy capaz de explicarlo de forma sencilla. El fundamento genérico de hacer jabón es que la base cáustica (la sosa o potasa) reacciona saponificando los ácidos grasos de que están compuestos las grasas y aceites, dando como resultado una sal ácida que es el jabón. O sea, que ambos procesos frío y caliente dan jabón como resultado final de esta reacción, pero hay dos diferencias fundamentales: 1º) en caliente empleamos una fuente externa de calor, y 2º) al acabar el proceso en caliente la sosa ha reaccionado totalmente. En el proceso en frío no ocurre ninguna de las dos cosas.
Estas diferencias afectan sobre todo a los aditivos, como la miel, azúcar, leches, vitaminas, aceites esenciales, etc. porque de uno u otro modo, ya sea la temperatura o la alcalinidad de la sosa los pueden quemar, evaporar, desvirtuar, hacer perder propiedades.
Pero no sólo afecta a los aditivos, también a los aceites que reservamos como sobreengrasado o que añadimos en la traza. En el proceso en frío aún no ha reaccionado toda la sosa cuando se llega al punto de traza, la alcalinidad sigue siendo alta cuando pasamos la masa al molde, por lo que la sosa libre puede saponificar el aceite más caro y delicado que hemos reservado para el SE. Esto significa que incluso con dos únicas grasas, siendo una de ellas el SE, sin ningún otro aditivo, saldrían dos jabones distintos hechos por uno u otro proceso.
Por eso, al margen del aspecto estético final, para garantizar las propiedades de lo que añades antes de enmoldar... usa el proceso en caliente.
Esta es la explicación teórica de libro. Pero en la práctica la diferencia tal vez no sea tan significativa, o resulte poco apreciable.
