Escribo en este hilo para lloriquear y que me deis una palmadita en el hombro.
Resulta que la adolescente que estaba encantada con mis jabones y mi limpiador facial me decía el jueves a primera hora de la tarde que estaba deseando de que su madre viera lo bien que tenía el cutis con mis productos (pasa el verano en la península con la familia del padre y volaba por la noche a Canarias, donde vive con la madre)
Yo entusiasmada por lo bien que le iba el Castilla con bicarbonato le formulé e hice aquella tarde "el súper jabón de bicarbonato" con la intención de enviárselo cuando estuviera curado. Y ayer por la tarde me dice que va a dejar mis jabones para intentar un tratamiento que le ha ido muy bien a una chica. Me quedé

Pero si el tratamiento del dermatólogo/a no lo fue bien y mis jabones le van genial, ¿por qué cambiar? Su respuesta fue que desde que estaba en Canarias no le iba tan bien. ¿Cómo? ¿En día y medio tu cutis ha empeorado mucho? Supongo que habrá sido un rollito de la madre que no cree en los tratamientos naturales y menos en los de una persona afín a la familia paterna.
Total, que aquí tengo cuatro jaboncitos fantásticos curándose y secándose para nada. Bueno, para nada no, que mi hija mayor empieza la adolescencia y ella podrá usarlos y encontraré amigas/os (acabamos de mudarnos de ciudad y tiene que hacer amigas/os nuevas/os) para regalárselos.
Lo dicho, que me siento un poco fracasada
