El taller fue el 24 de marzo en Málaga, y fue simplemente perfecto, pasamos un día muy agradable, el grupo fue encantador y Blanca estuvo pendiente hasta del más mínimo de los detalles con lo que consiguió que todo saliese redondo.
Como podeis ver por las fotos hice un jabón de aguacate, con un precioso tono crema y verde y unos firulillos preciosos; ya en casa lo desmoldé y lo corté y ahí es donde podreis ver el fallo, el corte aún no es lo mío. Ahora está curándose y tiene un olor absolutamente delicioso, hasta tal punto es bueno, que mi hermana lo describió como un magnífico perfume.
El siguiente es un jabón de lavanda, que es un olor que me encanta, tiene una capa abajo de color malva, aunque las fotos no le hacen justicia y ha salido azul

El siguiente es un jabón de canela, otro de mis olores preferidos, que además de oler de lujo tiene unos colores preciosos; el corte como podeis apreciar sí que es un desastre.
Por cierto, y hablando de corte, tuve el placer de usar el cortador de Blanca, que le hizo su hermano Juan Antonio y que seguro que habeis podido ver aquí en el foro, pues es una verdadera maravilla; el corte que hace es absolutamente impecable, es muy fácil de utilizar porque no hay que hacer fuerza ninguna, uno de los problemas al cortar los jabones para quienes tienen problemas de espalda y cuando termina el corte suenan a música sus hilos que es un gusto; vamos que totalmente de lujo, desde aquí le doy la enhorabuena por tan magnífico trabajo.
También hicimos un jabón de lavanda, en barra grande, con unos colores blanco, rosa y malva que quedó de lujo, como podeis apreciar en las fotos, es un jabón con embudo a mano alzada y firulillos en la parte superior.
Y, por supuesto, hicimos en molde cuadrado un jabón de firulillos y uno con la técnica de la columna, que dicho sea de paso, son muy fáciles de hacer cuando tienes una magnífica maestra.
Por último, sólo me queda dar las gracias a Blanca, por el día tan maravilloso que pasamos con ella, darle la enhorabuena por lo bien acondicionado que tiene su magnífico taller para jabonearr y lo acogedor que resulta, e igualmente darle las gracias por la magnifica comida que organizó en un lugar la mar de tranquilo y, por supuesto, darle un millón de gracias por transmitirnos de esa forma tan clara y sencilla su gran sabiduría jabonera.
¡Y ahora no os perdais mis jabones!