

No estaba muy conforme con la presencia del jabón logrado; la partitura podía ser genial, pero la interpretación… deja mucho que desear. Me parecía como esos matrimonios desparejos, en que una parte destaca y la otra desmerece. Vamos, que una fórmula tan bonita requería una hechura más acorde que la que yo le había dado.
Así que puse a trabajar a la materia gris, y utilizando técnicas de Omar López (¡gracias, maestro!), he logrado sacar esta nueva presentación que recuerda los tonos del aguacate, en dos formatos, con la forma de la fruta y la habitual de las pastillas. He destacando en ambas el hueso y la zona verde junto a la piel; los colores han quedado apagados o mate porque he utilizado arcillas rosa, blanca y verde en lugar de colorantes.
Un saludo,

