Pues ahí va un resumen de mi mañanita...
Hoy me levanté tempranito porque quería hacer una tarta y jabón, que ya las existencias van a menos y hay que reponer.
Pues bien, primero preparé el bizcocho para la tarta y lo metí en el horno con la intención de aprovechar el tiempo de horneo para preparar el jabón.
Cogí los ingredientes, con calma, musiquita de fondo, relax... pesé sin prisas y pusé las mantecas a fundir.
Decir que mi intención era hacer mi jabón preferido que lleva un sobreengrasado muy alto y un porcentaje muuyyyy alto de mantecas.
Cuando las mantecas (850 gr) ya estaban fundidas las cogí para verterlas en el oliva y ahí comenzó el desastre. Como con guantes soy una patosa, se me resbaló el bol de las manos y un rio de manteca caliente se me cayó sobre la placa, la encimera, la puerta del horno, mis zapatillas deportivas nuevas y lo que es peor, sobre el perro que estaba debajo y que se me había olvidado encerrar. Cuando lo ví sacudiéndose como un loco, lo primero que pensé es que se había quemado y con las prisas por cogerlo me resbalé en las mantecas, me caí contra la encimera y me dí un pedazo de golpe en la cabeza importante. Pero con los nervios no hice ni caso, me levanté, cogí a mi pobre perrito y me fui corriendo a la bañera con él. Intenté bañarlo pero era imposible, las mantecas estaban tan agarradas que tuve que coger una tijera y cortarle el pelo como pude y después bañarlo con fairy dándole varias capas.
Mientras notaba la sangre caliente goteándome por la cara y me veía toda la camiseta empapada, pero con la tensión ni me preocupé.
Cuando conseguí quitarle casi todas las grasas de encima, me fui yo a la ducha y fue ahí cuando me descubrí una brecha en la cabeza. Me duché, me cambié y me puse una venda en la cabeza y ya me dispuse a limpiar la cocina.
Cuando llegué había una capa sólida de mantecas cubriendo el suelo, la placa y la encimera. No quiero extenderme en lo que me costó limpiarlo... telitaaaaa....
Cuando finalmente, conseguí limpiarlo todo, ví con tristeza todos los ingredientes pesados y colocados en la mesa y el bol de las mantecas con un resto que se había salvado. Durante unos instantes estuve a punto de tirar con todo, porque estaba ya hasta el moño... pero me dió pena así que sin demasiadas ganas, pesé las mantecas que quedaban y por regla de tres le añadí la parte proporcional de cada una que faltaba (suponiendo que hubieran quedado proporcionalmente mezcladas, claro... todo hipótesis).
Lo siguiente fue que la lejía que había hecho con leche de coco había creado una capa gordísima sólida, como una especie de manteca flotante, que intente colar, como hago siempre, pero era imposible porque se quedaba todo en el colador, así que ya a la desesperada lo metí todo directamente.
Añadí el resto de ingredientes y claro, como no... se aceleró a lo bestia, pero claro a estas alturas ya ni me pareció grave el asunto.
Total, que finalmente hice un jabón, más o menos pesado, más o menos exacto y más o menos lo que el destino quiera.
Estoy cansada y dolorida y creo que me pasaré una época sin jabonear, porque llevo una mañana tan tan dura que se me han quitado las ganas.
Bueno, eso es todo.... Gracias por este espacio para desahogarme, sé que vosotros me podeis entender mejor que nadie y la verdad es que poder contarlo ha sido catatónico.
Un besito...

Ahhh y se me olvidaba... entre medias el bizcocho de la tarta se me carbonizó en el horno... Si es que cuando Murfy se levanta cabreado es mejor quedarse en la cama y no levantarse en todo el día.