La forma ortodoxa de trabajar estos jabones es llegar a la traza e incorporar los aceites de sobreengrasado, aditivos y los aceites esenciales, y luego dividir la mezcla en partes para agregar los diferentes colores. Normalmente los colores se preparan dispersándolos en un poco de aceite en vasos separados, en cantidad proporcionada a la masa a colorear: misma cantidad de aceite en los vasitos para mismas cantidades de masa, doble cantidad para doble masa. Eso hace que las jarras ya coloreadas mantengan un SE homogéneo.
Si has agregado el SE después de repartir los colores, o no se lo has puesto a alguna de las jarras -a la del amarillo, por ejemplo-, considera si los aceites base con la lejía tenían SE 0; es raro que haya exceso de sosa en algunas partes, salvo que hayas reservado más del 7% de aceites para el SE. Esa zona amarilla sin SE será algo más agresiva, pero estará compensada por el aumento de SE de las demás. En teoría, el SE debería ser del 7% en el conjunto del bloque de jabón, aunque esté distribuido de forma desigual.
Así que cuando seque, la prueba de su uso será la mejor consejera de si es apto o no.
Yo espero que sí, que el jabón te ha quedado muy chulo.
