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@Auxina. Al enmoldar jabones que lleven miel es preferible que la masa no sobrepase los 35ºC de temperatura, tanto para preservar las propiedades de la miel como para no provocar un efecto volcán por el sobrecalentamiento debido a los azúcares. Para ello se trabaja con sosa y aceites a baja temperatura, y se agrega la miel, diluida, en la traza a una temperatura similar.
Es difícil que la miel se "queme" sin haber hecho ese efecto volcán que mencionaba en la respuesta anterior.
Los jabones han salido perfectos, el color no les va a restar cualidades. Es probable que en unos días los más claros se oscurzcan y queden de un tono parecido todos ellos. Una explicación de esta diferencia de tonalidades puede ser que el color de la masa en la jarra no fuese homogéneo después de agregar la miel, no pasase hasta el fondo, y al enmoldar haya caído la parte de arriba en un molde, más oscura debido a la miel, y el final de la jarra más clara en el otro molde.
Sin embargo, a mí me surge alguna otra pregunta: ¿Eran una sola tanda, sin dividirla en dos partes para agregar algún componente? ¿Qué cantidad de miel era para cuánto jabón? ¿Dónde y cuánta avena pusiste?
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