Estaba hablando con mi hermana (yo hago los jabones, cremas... y los ingredientes los compramos entre las dos) haciendo balance de lo realizado y lo comprado.
He estado con un mosqueo conmigo misma interesante porque intento sacar el máximo rendimiento de nuestras compras e intentando no “malgastar” he conseguido justo lo contrario.



Este año he perdido enranciado media botella de un litro de aceite de pepita de uva, además de un colín de aceite de arroz, en este caso el bote era de 250 ml.


Además de varios oleatos enranciados también.
Creo que en este desperdicio de materiales tengo varios problemas
1. Quiero estirarlos todo lo posible.

2. Estoy acostumbrada a la cosmética industrial que dura casi de forma eterna...

3. Cuando se va acabando algún material tiendo a no usarlo “para que no se acabe”

4. Compro demasiado para que salga más barato y/o evitar gastos de envío

5. Leo preparaciones de otros y deseo realizar de todo.

Así que después del disgusto


1 listar los productos junto a su fecha de caducidad
2. Aquí necesito cambiar de chip... y aún me quedan más disgustos me temo

3. Es mejor que se acabe en algún jabón, crema, bálsamo... a que se estropee... creo que ahí el cambio de chip ya se ha realizado

4. Creo que ya me voy dando cuenta de los productos que más me/nos gusta/n y los nuevos que parecen tan tentadores será mejor ir comprando más despacio. Tentarlos y después decidir si vuelve a la cesta o no... pero no todo a la vez. Realizar los oleatos y demás preparados en la cantidad que voy a usar.
5. En este punto también voy a tener que trabajar para ir con más prudencia y tranquilidad.
En cuanto a lo bueno
Me han encantado los retos, me sacan de mi espacio confortable. Me hacen replantearme lo que conozco y buscar más información y llevar a la práctica proyectos que no realizaría.


Animo a todas las personas que quieran aprender y pasar un buen rato a participar en ellos...
Y bueno, estas han sido mis conclusiones este año.


Un saludo

