Envasar los jabones al vacío, es lo más.
Me ha costado bastante ponerme con ello, porque tuve que esperar hasta poder adquirir las bolsas de vacío biodegradables, ya que no me hacía mucha gracia utilizarlas de plástico.
Se elimina por completo la pérdida por volatilidad de los aceites esenciales, abrir la bolsa de vacío es un auténtico espectáculo para los sentidos.
Solo unas recomendaciones:
- Utilizar una concentración alta en la fórmula, del 40% está perfecto.
- Dejar los jabones un par de semanas, una vez cortados, curándose, pasado ese tiempo envasar al vacío.
Algo importante, opcional, pero importante:
- Envolverlos con papel de seda u otro antes de envasar, eso los protegerá de la luz, porque el vacío los protege del aire, pero no de la luz y creedme, si esos jabones van a estar expuestos a luz ambiental, ese detalle es importante.
El método al vacío, es un método de conservación, implica un sellado al 100%, el producto se aisla completamente, no es lo mismo que esos plásticos que se amoldan al jabón con pistola de calor.
Y eso es lo que pasa con los jabones, exactamente lo mismo que con la comida, aumenta el tiempo de conservación de los mismos y eso...es un auténtico lujazo.
Es verdad, que estéticamente es un poco particular y el precio de coste aumenta mucho si se utilizan bolsas de vacío ecológicas, pero ha resultado un gran descubrimiento, para mí, de esos que son importantes.
Veremos como va evolucionando...
