Al hacer cada jabón yo también imprimo la fórmula en una hoja de papel que tengo a mano, con la que me guío para marcar los ingredientes al pesarlos y no olvidar ninguno; y como borrador para escribir anotaciones que siempre se hacen. Al final, el papelito suele acabar con manchones de aceite, tachaduras o correcciones, y toca pasarlo a limpio si quiero conservarlo(s).
Ahí es donde de nuevo nos ayudan los métodos modernos. Yo guardo la fórmula en formato digital, para poder reutilizarla directamente sin necesidad de copiar otra vez los ingredientes en la calculadora, junto con las anotaciones y alguna foto del jabón recién hecho. Así en el mismo fichero tengo las fotos, la captura de pantalla con los ingredientes, las anotaciones, y el formato "digital" de la fórmula para reproducirla. La mayor ventaja de esto es que podemos modificar o añadir cualquier dato posterior, como nuevas fotos, o comentarios sobre el resultado del jabón cuando lo usamos al cabo del tiempo.
Este archivo lo podemos guardar digitalizado en un disco duro externo, a salvo de cualquier percance que le ocurra a nuestro ordenador

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