Decías más arriba que "
si mis ingredientes dan valores ok en la calculadora entiendo que puedo tirar adelante?", reafirmado en el mensaje anterior: "
según la calculadora mágica, los valores daban ok."
Eso es correcto... en parte. Sin ánimo de dar ninguna lección, ni de criticar su funcionamiento, te comentaré que la calculadora de saponificación es útil y fiable, pero tiene algunas limitaciones (espero que Mendru lo lea

). Por ejemplo, el grado de solubilidad, dureza y secado de la mezcla lo facilita en base a la composición de las grasas, pero no tiene en cuenta la concentración de la lejía. Configurada una fórmula cualquiera en la calculadora, la variación de la concentración no modifica estos parámetros; lo puedes comprobar: da igual que la concentración sea 26, 35, 43% o cualquier otra. Al no modificar la composición de las grasas, tampoco varían la dureza, solubilidad y secado si añades en la fórmula algunos aditivos, como agua o aloe vera, aunque fuese una cantidad exagerada, que influiría de forma decisiva en el resultado final.
El agua, o los líquidos acuosos, sirven sobre todo para disolver la sosa. La cantidad de sosa es muy precisa, ajustada a los índices de saponificación de las grasas y al SE elegido. En cambio, el rango de agua es muy amplio: 100 gramos de sosa los podemos disolver en 100g de agua, o en 400 (concentraciones del 50 o del 20%). La proporción "normal" es 1 de sosa por 2,5 veces de agua (concn. 28-29%), con la cual los jabones están listos para usar al cabo de un mes y medio; tendrán entonces una humedad del 22%, 22 gramos de agua en 100 g de jabón. Si hacemos la lejía más concentrada, con descuento de agua, el jabón seca antes por tener menos humedad. Si la lejía está más diluida, p.ej. una concn. del 25% (1 de sosa por 3 veces de agua), el jabón empieza a resultar blando, aunque todavía tiene remedio con más tiempo de secado. Y si ponemos más agua aún (1 de sosa por 4 de agua), puede que no seque lo suficiente, o en un tiempo razonable; pensemos que ahora su humedad es de 32 gramos de agua en 100g de jabón.
Por eso yo no soy tan optimista respecto de la pérdida de agua durante el secado; me parece que no se evapora como si estuviera en un plato, y no podemos aplicar una regla de tres para saber cuándo ha secado lo suficiente; tampoco sé cuál es el límite del exceso de agua. Pero sí concluyo que la dureza de los jabones mejora con una lejía cercana al 40% de concentración, y se quedan muy blandos con otra que se acerque al 20%. Por eso resulta raro este caso, en que es del 17%.