Estos gusanitos me darán su seda para mis jabones, ahora son muy pequeños, pues apenas acaban de nacer, pero como los voy alimentar bien con hojas de morera, pronto crecerán y cuando les llege el momento tejerán su capullo de seda para hacer su metamorfosis y saldrá convertido en mariposa, pondrá sus huevos que guardaré en un armario hasta la próxima primavera que comenzará un nuevo ciclo.
El capullo de seda que queda después de nacer la mariposa, es lo que usaré para añadir a mis jabones.
Todo esto os puede parecer muy infantil, pero mira por donde los jabones están haciendo que recuerde mi infancia y la de mis hijos, cuando cada año por estas fechas siempre había gusanos de seda en casa.
¿Será que los jabones que hacemos nos rejuvenecen?
