Yo, personalmente, cuando empecé con la cosmética natural hace varios años lo hice solo con un buen limpiador mañanero y 4-5 gotas de jojoba puro y duro, nada más. En la primera semana ya lo noté, y de ahí me lancé a las cremas naturales. No vuelvo a una comercial ni loca, prefiero no ponerme nada.
La piel es un órgano complejo, a veces caprichoso, mudable e impredecible, pero también hay que cuidarla, y nosotros somos los que mejor sabemos qué le viene bien a nuestra piel.
A mí me gustan las cosas simples, y a pesar de ver ingredientes que a veces me hacen salivar y decir en mi cabeza "lo quiero yaaaaaaaaaa", luego pienso con calma si realmente lo quiero o no.
Empezad con cosas simples, con pocos ingredientes. Tened en cuenta que no se suele dar en la diana a la primera, y aun así, a veces la crema que nos va de muerte en verano, aquí no va tan bien. Yo antes me hacía cremas con un 30% de fase oleosa más el emulsionante, ahora tengo que reducirla un poco porque mi piel tarda más en absorberla, siempre dentro de mi rango de aceites favorito, y unas veces sale mejor que otras.
Y otra cosa, el envejecimiento es parte de la vida, y aunque me gusta cuidarme la piel y tratar esas arruguitas que tengo en los ojos, también me siento bien cuando las veo, porque me salen al reír, y no hay nada mejor que la risa. Si no hubiese alegría, ni tristeza, ni miedo, ni euforia, ni preocupación, ni relajación..., entonces no habría vida, ¿no creéis? Tengo 37 años, y muy orgullosa de tenerlos, y sin ingredientes exóticos ni extraños ni nada, nadie me los echa

Cambias, experimentas, y los hados de la cosmética tienen también sus días, igual que Santa Jabonia, pero creo que eso es parte del placer de la cosmética artesanal casera. O al menos así me lo parece a mí
