Llevo como un año jaboneando, experimentando y disfrutando. Comencé haciendo jabones en moldes de silicona pequeños y este otoño me fabriqué un par de moldes de madera, compré material y me arriesgué a hacer unas cuantas jabonadas más generosas. Ahí me dí cuenta que la saponificación es diferente en molde pequeño que en grande. Fue muy obvio al hacer una receta con leche de cabra, que en el molde pequeño todo iba bien, porque no alcanzaba grandes temperaturas, pero en el molde de madera casi tuve una erupción. ¡Qué se le va a hacer, así se aprende!La siguiente vez tuve buen cuidado de trabajar a la temperatura adecuada, y todo fue mucho mejor!
Bien, el caso es que ya han curado 6 semanas, los acabo de probar y me he quedado con un sabor agridulce: los jabones están algo blandos y no producen mucha espuma. Al frotar las pastillas con agua la mezcla se traduce en un líquido blanquecino y algo de espuma, escasa y de pompa pequeña. Me he dado cuenta que al coger las pastillas al día siguiente están algo mejor, como si su primer contacto con el agua las hubiera mejorado (mejora algo la espuma y parece que ha perdido la untuosidad de su estreno).
Os cuento las recetas por si alguien me puede echar una mano o alguna pista. Pongo dos, aunque he tenido el mismo resultado con los 4 jabones que he realizado:
1. Jabón de miel y avena:

Esta receta lleva además 40 gr. de miel. No lleva aceites esenciales.
2. Jabón de ortigas y gomasio:

En este, el aceite de oliva lleva maceradas ortigas y además lleva 2,5 cucharadas soperas de polvo de ortigas secas + 2,5 cucharadas de sesamo molido + 2,5 cucharadas de sal, además de 35 gramos de aceites esenciales (bergamota, naranja y ylang-ylang). Con lo contenta que estaba yo con esta receta que en la calculadora daba todos las variables de los pronósticos en verde!
Los dos llevan un sobreengrasado del 8%. Quizás es el causante de la blandura? y qué hay de la espuma? Leeré muy gustosamente cualquier comentario o consejo.
Mil gracias!