
Os cuento, cuando lo preparé lo tenía claro, fondo marrón y, no voy a decir firulillos porque ya sabeis que eso en mi es imposible, "cosillas" en blanco y negro, pero al hacer la mezcla, entre el color de la leche de quinua y el oleato de árnica... cogió un color oro viejo "pa morirse" así que me dió pena y lo dejé sin marrón...

Un beso
