
Ha sido la tragedia que más me ha impactado en mi vida y he decidido hacer este homenaje a un pueblo que es todo un ejemplo de orden, sacrificio, organización y educación.
Es casi imposible creer las imágenes que vemos a diario en televisión. Todo es ordenado desde las colas en las pocas gasolineras, hasta las que tienen que soportar para recoger un alimento, una botella de agua, acceder a refugios, hospitales...
La mayoría lo ha perdido todo, incluso sus seres queridos. Y ahí están.
El grado de responsabilidad al obedecer ciertas normas para intentar ahorrar al máximo una energía que se les evapora cada segundo y que es escasísima es un ejemplo a tener en cuenta. Hoy me he despertado con la noticia de que las personas que estaban tratando de controlar la central más conflictiva, han sido evacuadas por el gran peligro que representa.
Ahora están a merced de la suerte. Suerte que está siendo esquiva y que espero y deseo que cambie.
Aunque ningún japonés vea esto, va por todos ellos.