
En segundo, y por aclarar conceptos, el jabón de aceite de coco no reseca así porque sea un chungo. Lo que sucede es que:
* Las moléculas del aceite de coco pesan poco en comparación con las de otros aceites.
* Como pesan menos, en el mismo peso de aceite de coco hay más moléculas.
* Como hay más moléculas, la cantidad de sosa que hace falta para saponificarlas es mayor y se forman más moléculas de jabón que con el mismo peso de otros aceites.
* Como en cada lavado estamos usando más moléculas de jabón, desengrasamos más la piel.
* Como desengrasamos más la piel, queda más tirante y desprotegida.
* Esto se puede compensar aumentando el sobreengrasado, como ha hecho Cristina, que del 8% que usa habitualmente ha subido al 20%.
* La mayor parte de los autores de los que hemos aprendido (Robert McDaniel, Melinda Coss... no sé si me estoy colando con alguno, creo que no) no sobreengrasa por norma. En esas condiciones un porcentaje superior al 30% es un lavado tirando a durillo. Es de ahí de donde nos lo hemos sacado. Aún así, guiándonos por la experiencia, yo tampoco lo recomiendo para los sobreengrasados que consideramos normales (y eso que para mí normal es el 10%).
Falei.